La atención al cliente es excelente. La habitación es enorme y lo suficientemente espaciosa. Las vistas desde la habitación son bonitas. La ubicación es muy conveniente, cerca del centro, de excelentes restaurantes y tiendas.

El palacete es una preciosidad que conserva su estilo añejo. El entorno es excepcional compuesto por unos jardines preciosos. El lugar es tranquilo y con mucho encanto. No es para personas que busquen la mayor comodidad en un hotel con todos los servicios. Está indicado mas bien, para aquellas personas que gusten de un entorno rural y un hotel singular. Es realmente tranquilo y simple. No tiene televisión, ni bar, ni nada de nada, pero tiene unas zonas de paseo y relax realmente especiales. Las habitaciones son bonitas si te gusta lo antigüo y el señor que lo lleva es realmente amable y simpatico. Un lugar especial, sin duda.

La mansión es como de cuento de hadas y el entorno fantástico, con su lago, bosques y jardines. Un sueño. Un hotel muy especial, para gente que sepa apreciarlo.

Las habitaciones están bien, pero necesitan una actualización, sobre todo el baño que debe tener más de 30 años. Es una pena.

Disfrutamos mucho de la habitación espaciosa del hotel y del buen trato del personal. La comida, tanto la cena como el desayuno, estuvo deliciosa. La tranquilidad de la ubicación, con vistas bonitas y cerca de restaurantes, tiendas y del centro de la ciudad, nos encantó.

Hotel muy espacioso con habitaciones enormes y un personal muy servicial y servicial. Las habitaciones con buenas vistas y también muebles bonitos. Una ubicación tranquila y bonita con un parking gratis en la propiedad. Me ha gustado mucho de verdad que la propiedad estaba en una zona maravillosa. El restaurante sirve comida local...

ubicación excelente, a pocos pasos de todas partes. está a 25 km del aeropuerto quimper. habitaciones tranquilas y soleadas con un bonito mobiliario. desayuno con café instantáneo.

El palacete es una preciosidad que conserva su estilo añejo. El entorno es excepcional, con unos jardines preciosos. Lugar tranquilo y con mucho encanto. Habitaciones bonitas y señor amable y simpático.

Nada que disguste.

Este hotel es una verdadera joya escondida en medio de la campiña bretona. Su ubicación entre Quimper y Concarneau es perfecta para explorar la región. El personal amable y servicial nos hizo sentir como en casa. Las habitaciones, aunque sencillas, tienen un bonito mobiliario antiguo que le da un encanto especial. El desayuno, aunque un poco caro, es delicioso y vale la pena probarlo. Además, el hotel ofrece una excelente relación calidad-precio. Definitivamente volvería a este hotel.

Todo estaba bien.

El hotel está muy bien ubicado, cerca de la estación lo que facilita el acceso. Además, se encuentra en la torre, en el centro de la ciudad, lo cual es muy conveniente para recorrer los principales lugares de interés. La habitación y el baño son amplios y cómodos, con todo lo necesario para una estadía agradable. El servicio es amable y atento, con personal dispuesto a ayudar en todo momento. se destaca el delicioso desayuno, con una variedad de opciones para todos los gustos. Por último, las vistas desde el hotel son impresionantes, especialmente desde la terraza trasera.

El mobiliario en las habitaciones puede presentar cierto desgaste, lo cual puede afectar la estética general del lugar.